Todos los países latinoamericanos reconocen el derecho de cada trabajador a disfrutar de un período de descanso para mantener su salud física y mental.
Pero no se trata de un fenómeno reciente. Los primeros registros de licencias datan del siglo XIX en Alemania. Y luego de la Revolución Rusa de 1917, el gobierno bolchevique otorgada permisos pagados a algunos trabajadores de manera discrecional.
En 1918, España otorgó licencias pagadas a funcionarios, maestros y miembros activos de las fuerzas armadas que variaban de 15 días a un mes. Y en 1931, la Segunda República aprobó una norma que contemplaba un permiso anual retribuido de siete días para todos los asalariados.
Los países latinoamericanos no sólo no se quedaron atrás, sino que fueron los pioneros en ratificar los convenios de la Organización Internacional del Trabajo que reglamentaban el derecho a las vacaciones pagadas a todos los trabajadores del sector público y privado.
Brasil y México fueron los primeros países en ratificar el acuerdo en 1938, seguido por Argentina 7 años después.
La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre de 1948 establece que “toda persona tiene derecho al descanso, a la honesta recreación y a la oportunidad de emplear útilmente el tiempo libre en beneficio de su mejoramiento espiritual, cultural y físico”.
Desde entonces, el desarrollo de las legislaciones laborales de cada país latinoamericano ha sido muy variado. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) señaló que los países de América Latina en los que más vacaciones se otorgan a los empleados son Brasil, Cuba, Panamá y Perú, con un total de 30 días, según un informe de la agencia Bloomberg.
Pero los derechos a licencias remuneradas de la mayoría de los trabajadores latinoamericanos no alcanzan la duración mínima de 18 días consecutivos por año de servicio recomendada por la Organización Internacional del Trabajo.
En Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador y Venezuela, los trabajadores tienen derecho a dos semanas de vacaciones anuales. En la retaguardia regional se encuentra México que, a pesar de la nueva legislación, establece un mínimo de seis días libres por el primer año de trabajo. Ese lapso va aumentando un día por cada año de antigüedad hasta llegar a doce días libres.
Aquí te contamos qué dicen las legislaciones laborales sobre las vacaciones en 10 países de América Latina.
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