En una jornada clave del juicio por la muerte de Diego Armando Maradona, cuatro médicos que participaron en la detección del hematoma subdural del exfutbolista declararon que la cirugía a la que fue sometido no era necesaria, lo que agrava la situación judicial del médico de cabecera del Diez, Leopoldo Luque, imputado por homicidio simple con dolo eventual.
Durante la 10ª audiencia del juicio, celebrada este jueves, los testimonios ofrecidos ante el tribunal pusieron en duda la urgencia de la intervención quirúrgica a la que fue sometido Maradona 20 días antes de su muerte. Según relataron, Luque habría desoído las recomendaciones médicas que indicaban que el hematoma detectado no requería cirugía inmediata, y que en cambio, una “conducta expectante” y seguimiento clínico era el camino adecuado.
“No era una emergencia”
Uno de los testimonios más contundentes fue el de Flavio José Tunessi, médico traumatólogo del club Gimnasia y Esgrima de La Plata, quien conocía de cerca el estado de salud de Maradona. Tunessi relató cómo notó un evidente deterioro físico y anímico del entrenador entre finales de octubre y su cumpleaños número 60, celebrado en el estadio del club.
Preocupado, Luque se contactó con Tunessi y le solicitó gestionar una internación en el Sanatorio Ipensa de La Plata, donde se le realizaron estudios a Maradona, incluida una tomografía computada que reveló el famoso hematoma subdural. Sin embargo, tanto Tunessi como otros tres médicos —el clínico Marcos Correa, el jefe de neurología Guillermo Burry y el neurólogo Cesarinni— coincidieron en que no era quirúrgico.
“La decisión del sanatorio fue que el hematoma no era quirúrgico, pero Luque consideró que sí y dijo que lo iba a trasladar para operarlo. Yo le dije: ‘Nosotros hasta acá llegamos’”, testificó Tunessi.
Por su parte, Burry declaró que él definió una «conducta expectante», que incluía medicación, control clínico y seguimiento neurológico, ya que «el hematoma era pequeño, leve, y no representaba una urgencia médica».
Un traslado polémico y una operación innecesaria
A pesar de la postura médica de Ipensa, Luque decidió trasladar a Maradona a la Clínica Olivos, donde se llevó a cabo la operación. Aunque la intervención se realizó sin complicaciones, los testigos señalaron que el traslado representó riesgos innecesarios para un paciente en condiciones frágiles, como la posibilidad de infecciones, complicaciones anestésicas y problemas posoperatorios.
Además, se reveló un dato sorpresivo: aunque Luque se mostró ante la prensa como el cirujano que había operado a Maradona, en realidad, él no participó de la intervención. Fueron cinco profesionales de la Clínica Olivos quienes realizaron la operación y no permitieron que Luque formara parte del equipo quirúrgico. Los motivos de esta exclusión y de su falsa atribución del procedimiento aún no han sido completamente esclarecidos y se esperan más detalles en las próximas audiencias.
Un juicio con fuerte carga mediática y emocional
La figura de Maradona sigue generando pasiones, y el juicio por su fallecimiento ha captado la atención nacional e internacional. Con estos nuevos testimonios, la responsabilidad de Leopoldo Luque en las decisiones médicas que precedieron la muerte del ídolo queda más comprometida. La fiscalía apunta a demostrar que hubo negligencia grave y desoimiento de criterios médicos consensuados, que derivaron en un desenlace fatal.
Las próximas audiencias continuarán profundizando en los hechos ocurridos entre la cirugía y el 25 de noviembre de 2020, día en que Diego Maradona falleció. Mientras tanto, el país y el mundo observan cómo avanza este proceso judicial que podría marcar un antes y un después en la historia de la medicina y el deporte en Argentina.
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