Bernardo Arévalo, presidente electo de Guatemala, conversó con EL PAÍS sobre el proceso de transición, los desafíos de su Gobierno y la lucha contra la corrupción. Arévalo, que asumirá el cargo este domingo, expresó su sorpresa ante la difícil transición de seis meses, caracterizada por obstáculos y ataques de sectores corruptos. A pesar de la resistencia, Arévalo se siente «energizado» y destaca el fortalecimiento de la voluntad del pueblo guatemalteco.
El presidente electo reiteró su compromiso con la lucha anticorrupción y anunció la creación de una Comisión Nacional Anticorrupción autónoma, compuesta por funcionarios gubernamentales y de la sociedad civil. Respecto a Consuelo Porras, la fiscal general, Arévalo indicó que están examinando opciones legales para removerla de su cargo en caso de resistencia.
En cuanto a la representación indígena en su Gabinete, Arévalo reconoció la deuda y señaló que están construyendo un banco de profesionales indígenas para abordar la discriminación histórica en el acceso a la educación. Sobre las críticas relacionadas con su Gabinete y sectores empresariales, Arévalo negó negociaciones y destacó su enfoque en el diálogo con diversos sectores de la sociedad.
El presidente electo subrayó la importancia del compromiso democrático y la necesidad de crear instituciones efectivas para abordar desafíos como el narcotráfico y la migración. Agradeció el amplio y variado apoyo internacional recibido, destacando la identificación de la lucha por la institucionalidad democrática en Guatemala.
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