Según las estadísticas oficiales de China, el comercio del gigante asiático con la región latinoamericana crecerá casi un 11% hasta unos 437.000 millones de euros en 2022. Beijing se ha convertido en su segundo mayor socio comercial después de Estados Unidos. Ya es líder en este sentido en países como Brasil, Chile y Perú.
La empresa de comercio exterior y marketing de Alemania (GTAI, por sus siglas en inglés) calcula que el volumen de intercambio entre China y América Latina se duplicará en la próxima década.
En opinión de Stefanie Schmitt, directora de la GTAI en Chile, muchos consumidores latinoamericanos aprecian los productos chinos por su relación de calidad-precio. “Aquí muchos viven en el umbral de la pobreza, y pueden comprar productos baratos de China, como celulares y autos”, dice.
Comercio exterior desequilibrado
Por su parte, América Latina exporta, sobre todo, materias primas a China: hierro, aluminio y estaño, por ejemplo. De ahí que la región sea interesante para China como proveedora de materias primas y mercado de consumo.
No obstante, Jiang Shixue, del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Shanghái, señala que, en algunos casos, el comercio exterior es muy desequilibrado. En 2021, por ejemplo, Chile exportó a China principalmente cobre y cerezas, obteniendo un superávit de exportación de alrededor de diez mil millones de euros. En cambio, solo importó autos chinos por un valor de 1,3 mil millones de euros en 2021.
Materias primas codiciadas
Stefanie Schmitt asegura que el principal interés comercial chino consiste en comprar materias primas, como el litio: “Los chinos compran el litio y desaparecen. Pero para los países aquí sería mejor si no solo vendieran productos agrícolas o materias primas, sino si también produjeran baterías de litio para exportarlas como un producto de mayor valor”.
El experto Jiang, en cambio, no comparte la crítica de que China solo compra materias primas. Afirma que en los países de la región con mayor población, como México, Colombia y Argentina, China solo obtiene un superávit comercial porque los mercados de consumo son más grandes y la capacidad de producción es menor. Los países latinoamericanos tienen que invertir en su propia capacidad de producción y fortalecer su competitividad para impulsar las exportaciones, por ejemplo, a China, dice. Sin embargo, admite que este cambio de rumbo durará años, por lo que, a corto y mediano plazo, se mantendrá el desequilibrio en el comercio exterior.
¿Cuál es la estrategia china?
Pekín también ha intensificado su participación en proyectos de infraestructura en la región, por ejemplo, en puertos de contenedores brasileños, centrales nucleares argentinas o la red eléctrica en Chile.
Asimismo, en años recientes, líderes del ámbito económico y académico de América Latina han sido invitados a viajes de estudio y conferencias en China.
En entrevista con DW, Jiang Shixue descarta que Pekín cuente con una estrategia latinoamericana. “En China no hay muchos expertos enfocados en América Latina. China no le presta mucha atención a la región”, dice. En su opinión, el aumento de la influencia del gigante asiático se debe simplemente a la creciente importancia de la segunda mayor economía global.
Otros politólogos chinos lo secundan. En 2019, por ejemplo, He Shuangrong, de la Academia de Ciencias Sociales de China, escribió en una revista especializada que Pekín necesita una estrategia latinoamericana a largo plazo. Sin embargo, agregó que la importancia estratégica de la región para el gigante asiático no es muy grande.
No obstante, Estados Unidos y la Unión Europea ven con ojos críticos la creciente influencia china en América Latina, puesto que, con la influencia económica, también aumenta la política.
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