El llamado “Padre de la Patria” con el “Grito de Dolores” inauguró la Guerra de Independencia de nuestro país, 11 años después, se concretó la consumación de la Independencia de México. El Ejército Trigarante, tras dicha victoria, con orgullo portó y ondeó como símbolo de identidad y triunfo Nacional nuestra Bandera al entrar a la Capital, que se vistió con su tricolor característico. La esperanza, la paz, el valor y la pasión de los y las mexicanas, se hicieron presentes desde ese nuevo inicio.
Hoy, México nos recordó hace unas horas, que la Soberanía y la Independencia son dos pilares fundamentales en los que se basa la Libertad de las Naciones, hace otras tantas nuestro país, festejaba el día de la Bandera de México y hace aún menos horas, en el corazón del Zócalo Capitalino y a todo pulmón, se escuchaba como resonaba estridente y conmovedoramente el canto de nuestro Himno Nacional, a través de miles y miles de voces aguerridas y determinantes, que a la vez, pacíficamente exigían: ¡Nuestra Democracia No se toca!, acompañadas del sonido también tan vigoroso como abrumador de tambores.
La piel se enchina, y el alma también. Pero en suma a ello, parece imprescindible abordar los datos y las cifras duras en relación al tópico, que se vislumbran irrefutables: México pierde terreno, cayendo 3 lugares en el “Democracy Index 2022” que evalúa a 170 países del mundo, un “Régimen Híbrido” es el que impera en el país, el cual obtuvo la puntuación mínima para la calificación más alta de “Democracia Defectuosa”, según lo señaló la Unidad de Inteligencia de “The Economist” (EIU). Fue la novena caída más grande entre los países evaluados.
Las cinco categorías que comprende dicho Índice son: Proceso Electoral y Pluralismo; Funcionamiento del Gobierno; Participación Política; Cultura Política y Libertades Civiles. En este sentido, un “Régimen Híbrido” han identificado y reconocido, arroja por lo general irregularidades electorales, presión del Gobierno en el poder sobre los partidos y candidatos de la oposición, corrupción, un Estado de Derecho débil, acoso y presión ejercida sobre los y las periodistas y un Poder Judicial que no es independiente, entre otras cosas, lo que erosiona los Derechos y Libertades de la Ciudadanía.
En contraste la “Freedom House”, quién califica el acceso de las personas a los Derechos Políticos y las Libertades Civiles en 210 países y territorios a través de su Informe anual global, recientemente, calificó a México, como un país “Parcialmente Libre”, a la par en 2022, en el segmento “The Americas” del “Global State of Democracy Report”, elaborado por IDEA Internacional, se señala regionalmente que nos encontramos en una encrucijada crítica, dadas las tendencias actuales que proyectan que las democracias están decayendo o están estancadas, por lo que sugieren firmemente que:
Ante la disminución de la confianza en las Instituciones y la desinformación, los Organismos Electorales deben actualizar sus esfuerzos de Educación Cívica, a su vez, sus Programas y Campañas, deben ir más allá de la información técnica sobre cómo funcionan las elecciones para enfocarse más en la “Construcción de Ciudadanía” con la visibilidad, promoción y reproducción de experiencias exitosas de participación ciudadana y lecciones aprendidas.
Los Órganos Electorales también deben persuadir a las personas sobre la importancia de los Principios Democráticos clave, desde la importancia de la participación hasta la necesidad de ser críticos y escépticos, y en este contexto, las instancias de Derechos Humanos y gubernamentales a fines, deben de desarrollar urgentemente mecanismos participativos a través de los cuales se puedan discutir las demandas de los y las manifestantes y actuar en consecuencia, en beneficio del colectivo.
Sin pluralidad, no hay Democracia, tampoco si no existe un posible “equilibrio” de la división del poder, la igualdad y el respeto a los Derechos Humanos, que son elementos indispensables de la misma y de cualquier Estado de Derecho; al igual que la Supervisión Autónoma Electoral, que idealmente blinda la posibilidad de socavar gravemente la Independencia de las Autoridades Electorales, lo que pondría en riesgo elecciones libres y justas, facilitando a su vez, que cualquier partido en el poder coopte las Instituciones Electorales del país para permanecer en el poder de forma antidemocrática.
Sin un “árbitro” legítimo que vele por nuestra democracia, sin duda, las futuras jornadas electorales se convertirían en un juego de poder más perverso y aún con menos escrúpulos. Recordemos cómo hace poco “Human Rights Watch” señaló que cada país está obligado, según el Derecho Internacional, a proteger el Derecho de la Ciudadanía a votar y participar en la conducción de los asuntos públicos, garantizando que exista una Autoridad Electoral Independiente que pueda supervisar las elecciones de manera justa e imparcial.
De no garantizar lo anterior, frente al marco de una crisis global financiera, alimentaria y energética que conduce a millones de personas a la inseguridad multifactorial en sus distintas dimensiones y lo que se agrava ante una existente polarización dentro y entre los países que sigue debilitando el multilateralismo, el Orden Jurídico Internacional, el Derecho Internacional y a las Democracias, como lo indicó en un pasado reciente, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas, Michelle Bachelet, trae consigo enormes consecuencias lacerantes en materia de Derechos Humanos, y que podrían ser peores como en el caso de México, ante al panorama actual.
El Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes de los E.U.A, se pronunció en contra de los intentos por sabotear las Instituciones Democráticas de México, muchos otros y otras líderes de opinión y de diversas esferas de poder en los ámbitos Nacional e Internacional también lo han hecho. Ayer, cientos de miles de mexicanos y mexicanas lo hicimos y lo seguiremos haciendo: ¡El Voto no se Toca!
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