Los efectos provocados por el cambio climático y el calentamiento global están teniendo serias repercusiones para los países de América Latina, sobre todo los insulares, como es el caso de las naciones caribeñas, susceptibles a desastres naturales como huracanes, terremotos e inundaciones.
Transformar el modelo económico actual de degradación ambiental y extractiva hacia uno alternativo de producción y consumo justo e inclusivo, supone una inversión de US$100,000 millones a Latinoamérica, partiendo desde ahora y con metas hacia el año 2050.
Así lo planteó el ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Miguel Ceara Hatton, durante el discurso central del XI Conferencia Iberoamericana de Ministros y Ministras de Medio Ambiente y Cambio Climático, encuentro del cual República Dominicana es el país anfitrión.
“Se estima que la inversión total necesaria para adaptarse a los efectos climáticos ya inevitables son sólo una cuarta o sexta parte de los costos anuales de estos impactos, que se estiman entre US$17,000 millones y US$27,000 millones al año”.
Ceara Hatton resaltó que las pérdidas económicas acumuladas por los efectos del cambio climático en América Latina–sobre todo las tormentas extremas– entre 1970 y 2008 ascienden a US$ 81,435 millones. Mientras que, para España y Portugal, esto representa un costo de €39,617 millones entre 1980 y 2013.
Esta realidad plantea un desafío para el Caribe ya que, pese a ser una de las regiones que menos emisiones de gases de efecto invernadero emite al ambiente -República Dominicana con apenas un 0.06% de los menos de 8.3% de la región-, es una de las más vulnerables ante sus efectos, “que ha significado ya importantes pérdidas económicas, humanas, de viviendas y de cultivos”.
“Los desastres catalizan repercusiones significativas, no solo para el turismo y la agropecuaria, sino también con la cantidad y calidad del agua con la salinización de las reservas acuíferas por la subida del mar”, manifestó, subrayando que la subida de nivel del mar podría llegar hasta valores de entre 45 y 82 cm para 2100 de no reducirse a un mínimo de 1.5 celsius la temperatura global.
Asimismo, señaló que el planteamiento de soluciones al cambio climático en República Dominicana implica “sobrepasar barreras importantes” como el acceso al financiamiento y el limitado espacio fiscal para asumirlo, los temores persistentes sobre los costos y recursos de un cambio de paradigma “especialmente en el sector privado” y los subsidios permanentes a los combustibles fósiles, para lo cual el Gobierno ha destinado ya el alrededor a un 1% del producto interno bruto (PIB) para mitigar sus precios ante la crisis financiera global.
Sin embargo, enfatizó que el país se encuentra dispuesto a tomar “compromisos fuertes, ambiciosos e incluyentes” para impulsar una recuperación verde. “Esta conferencia nos convoca en un momento crucial. Como tomadores de decisión, tenemos la rara oportunidad de cambiar el curso de la historia de la humanidad hacia un mundo resiliente, donde todos puedan prosperar y tener oportunidades”.
El financiamiento será uno de los principales temas de discusión de los ministros de Medioambiente de Iberoamérica, que estarán reunidos este lunes 18 y martes 19 de julio en Santo Domingo, con el objetivo de generar un diálogo para afianzar estrategias que permitan el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible pautados en la Agenda 2030 de Naciones Unidas.
Más historias
Brasil: Atafona enfrenta grave riesgo por erosión costera
Evo Morales niega acusaciones de abuso a menor
Uruguay se posiciona como líder en ciberseguridad en América Latina