Lula articula con Xi Jinping

Tras la imposición de aranceles del 50 % por parte de Estados Unidos, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva activó una ofensiva diplomática con socios estratégicos del bloque BRICS. El objetivo es contrarrestar los efectos económicos de esas medidas y fortalecer un frente común que promueva el multilateralismo en pleno auge del proteccionismo global.

El jueves por la noche, Lula se comunicó por teléfono con los presidentes Xi Jinping (China), Vladímir Putin (Rusia) y el primer ministro Narendra Modi (India). En todas las llamadas enfatizó la necesidad de buscar mercados alternativos y coordinar una respuesta multilateral global.

Lula y Xi: impulsando relaciones estratégicas

Durante su diálogo, Xi Jinping reafirmó la alianza entre Brasil y China, destacando el interés de avanzar en oportunidades comerciales, especialmente en sectores como agricultura y digitalización. Reafirmó a BRICS y al G20 como plataformas clave para fortalecer el multilateralismo en un mundo cada vez más dividido.

Lula y Modi: coordinación frente al proteccionismo

Lula y Narendra Modi conversaron durante casi una hora, coincidiendo en la urgencia de defender el comercio global frente a las políticas proteccionistas. Acordaron explorar una mayor integración económica con un objetivo ambicioso: elevar el volumen del comercio bilateral a más de 20,000 millones de dólares para 2030.

Lula y Putin: diálogo sobre paz y cooperación BRICS

El presidente Vladímir Putin conversó con Lula durante unos 40 minutos, donde compartió detalles sobre sus acercamientos con Estados Unidos y esfuerzos diplomáticos en torno a la guerra en Ucrania. Ambos líderes reafirmaron su colaboración dentro del bloque BRICS en asuntos geopolíticos y económicos clave.

Un frente diplomático sólido

En respuesta a los gravámenes económicos impuestos por Trump, Brasil ha optado por fortalecer alianzas con potencias del Sur Global, buscando no confrontar unilateralmente a Estados Unidos, sino impulsar un bloque unido que promueva el diálogo, el comercio justo y la multipolaridad. Lula también ha descartado la aplicación de aranceles recíprocos y ha enfatizado su compromiso con la justicia y la diversidad de mercados.

Este movimiento diplomático refleja una estrategia clara: en lugar de aislarse, Brasil busca protagonismo y respaldo colectivo ante restricciones económicas impuestas por un poder tradicional, reforzando su papel como líder influyente en el escenario internacional.