Un 22 de agosto de 2010, Chile vivió uno de los episodios más conmovedores de su historia reciente. Ese día se confirmó que los 33 mineros atrapados en la mina San José, en la región de Atacama, seguían con vida tras permanecer más de dos semanas bajo tierra a 700 metros de profundidad.
El hallazgo fue posible gracias a las perforaciones realizadas como parte del plan de rescate. Al llegar la sonda a la galería donde se encontraban, los trabajadores lograron enviar hacia la superficie un papel con el ya histórico mensaje: “Estamos bien en el refugio los 33”.
La noticia generó esperanza no solo en Chile, sino en todo el mundo, al convertirse en un símbolo de resistencia, unidad y esfuerzo colectivo. El rescate final de los mineros ocurrió semanas después, el 13 de octubre de 2010, en un operativo internacional seguido por millones de personas a través de los medios de comunicación.
Este acontecimiento permanece como un recordatorio de la fuerza del espíritu humano frente a la adversidad.
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