América Latina se ha convertido en el epicentro de la pérdida de bosques tropicales en el mundo. Según los más recientes datos del Laboratorio de Análisis y Descubrimiento Global de Tierras (GLAD) de la Universidad de Maryland, la región concentró el 71% de la deforestación registrada en 2024. Los incendios forestales —intensificados por el cambio climático y la acción humana— destruyeron aproximadamente 6,7 millones de hectáreas de selvas en todo el planeta, una cifra alarmante que duplica la del año anterior.
Brasil y Bolivia: al frente de la crisis ambiental
Brasil, poseedor del mayor bosque tropical del mundo, perdió 2,8 millones de hectáreas, lo que representa el 42% de la deforestación global en 2024. Las zonas más afectadas fueron la Amazonía y El Pantanal, donde las llamas arrasaron con la mayor cantidad de cobertura arbórea desde 2016.
Pese a los avances ambientales registrados tras la llegada de Luiz Inácio Lula da Silva al poder, los incendios severos impulsados por las altas temperaturas y la sequía han generado un retroceso preocupante. Organizaciones ambientales alertan que sin medidas sostenidas de prevención de incendios, aplicación de leyes ambientales y uso responsable del suelo, los progresos podrían perderse rápidamente.
Por su parte, Bolivia ocupa el segundo lugar en la lista mundial con 1,8 millones de hectáreas destruidas, el doble que en 2023. La deforestación en este país andino se atribuye, en gran parte, a la falta de políticas preventivas y al respaldo gubernamental a la expansión agropecuaria, lo que habría incentivado prácticas de quema descontrolada de tierras.
Perú, Colombia y México: entre los diez países más afectados por la perdida de bosques tropicales
En quinto lugar se encuentra Perú, con más de 190.000 hectáreas afectadas, lo que representa un incremento del 135% con respecto al año anterior. La quema de bosques para habilitar terrenos agrícolas es señalada como la causa principal.
Colombia, en séptimo lugar, perdió más de 100.000 hectáreas, aunque en su caso, los incendios no fueron el factor predominante. La interrupción del proceso de paz y el auge de la violencia en zonas rurales ha fomentado la minería ilegal y el cultivo de coca, actividades que generan una presión enorme sobre las zonas selváticas.
México y Nicaragua también figuran en el listado. Este último país centroamericano presentó una pérdida proporcional sin precedentes: el 4,7% de sus bosques primarios desapareció en 2024, la tasa más alta a nivel mundial.
Incendios en bosques tropicales, provocados por humanos
Aunque los incendios forestales pueden ocurrir de manera natural, en los trópicos son mayormente causados por la actividad humana. La preparación de tierras para cultivos como soja, caña de azúcar, maíz o sorgo, así como la expansión ganadera, son prácticas comunes que inician fuegos que, bajo condiciones extremas, se vuelven incontrolables.
El informe también destaca que 2024 fue el año más caluroso registrado, lo que favoreció un entorno seco y propenso a la expansión del fuego, particularmente en Brasil y Bolivia, donde la sequía agravó la emergencia ambiental. En Bolivia, incluso casi el 12% del país fue afectado por incendios, según cifras of
¿Hay esperanza? El ejemplo del sudeste asiático
Mientras América Latina se enfrenta a una creciente deforestación, en otras regiones del mundo como el sudeste asiático se han registrado avances. Indonesia, por ejemplo, logró reducir en un 11% la pérdida de bosques primarios, a pesar de atravesar también una fuerte sequía.
Este caso demuestra que con políticas adecuadas, es posible revertir la tendencia de pérdida forestal. Pero requiere voluntad política, inversión en prevención, participación comunitaria y aplicación efectiva de leyes ambientales.
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