Una bebé prematura desafió las probabilidades al resucitar durante su propio velorio, dejando a los presentes atónitos y agradecidos por lo que algunos llaman un milagro.
La bebé, nacida prematuramente a las 32 semanas de gestación con apenas 400 gramos de peso, fue declarada muerta por los médicos del Hospital Regional de Ciudad del Este poco después de su nacimiento. Su delicado estado de salud y la ausencia de signos vitales llevaron a los médicos a esta conclusión inicial, causando una tristeza inmensurable en su familia.
Sin embargo, lo que siguió fue un giro inesperado de los acontecimientos. Mientras se preparaba para su velorio, un familiar observó un movimiento inusual en el cuerpo de la bebé, lo que llevó a un descubrimiento sorprendente: la bebé estaba viva.
Conmovidos y asombrados, los presentes se apresuraron a llevar a la bebé nuevamente al hospital, donde recibió atención médica urgente y fue estabilizada. Aunque su estado sigue siendo delicado debido a su nacimiento prematuro, su familia está llena de gratitud y esperanza.
El padre de la bebé, Ignacio Medina, compartió su experiencia, describiendo el momento en que recibieron el cuerpo de su hija como una experiencia desgarradora. Sin embargo, el descubrimiento de su supervivencia fue un verdadero regalo del cielo, que dejó a todos en un estado de asombro y agradecimiento.
Los médicos han calificado este asombroso giro de los acontecimientos como un milagro, destacando la naturaleza extraordinaria del suceso. Aunque aún enfrenta un camino hacia la recuperación, la bebé ha sido nombrada “Milagros de Jesús” por su familia, en reconocimiento a la intervención divina que le otorgó una segunda oportunidad en la vida.
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