¿Qué originó el nuevo choque diplomático?
El intercambio entre ambos gobiernos tomó fuerza este miércoles. El presidente de Estados Unidos lanzó una advertencia pública al mandatario colombiano Gustavo Petro, luego de que el líder sudamericano cuestionó la política de Washington en América Latina. Durante un encuentro con reporteros, el jefe del Ejecutivo estadounidense afirmó que Petro “va a meterse en grandes problemas si no espabila”. La declaración encendió las alertas en Bogotá y añadió tensión a una relación ya marcada por desacuerdos recientes.
Además, el gobernante norteamericano insistió en que espera que su homólogo colombiano “esté escuchando”. Con ello abrió un nuevo capítulo en una serie de fricciones que involucran posturas divergentes sobre seguridad regional, migración y cooperación hemisférica.
¿Cómo respondió Estados Unidos a las críticas de Petro?
Las palabras surgieron mientras la prensa cuestionaba al mandatario estadounidense por el deterioro del diálogo con Colombia. En ese contexto, el líder norteamericano reafirmó su molestia por los señalamientos de Petro contra la estrategia de Washington en el continente. Según su mensaje, el gobierno colombiano debe ajustar su postura si quiere evitar mayores tensiones diplomáticas.
A lo largo de los últimos meses, ambos países expresaron desacuerdos sobre el tratamiento de la crisis en Venezuela, la lucha contra el narcotráfico y los enfoques de desarrollo en la región andina. Por ello, esta nueva advertencia añadió presión sobre un vínculo bilateral que históricamente se mantuvo como uno de los más sólidos del hemisferio.
¿Habrá un contacto directo entre los mandatarios?
La prensa preguntó al presidente estadounidense si consideraba llamar a Petro, como lo hizo recientemente con el líder venezolano Nicolás Maduro. El mandatario respondió que “no ha pensado mucho en ello”, una frase que dejó abierta la posibilidad de evitar por ahora un acercamiento personal.
Este escenario mantiene en suspenso la forma en que ambos gobiernos gestionarán la escalada verbal. Por un lado, Colombia busca sostener un discurso autónomo frente a la política exterior de Estados Unidos. Por otro, Washington intenta preservar su influencia regional mientras enfrenta cuestionamientos de varios gobiernos latinoamericanos.
En este ambiente cargado de tensiones, los próximos días serán clave para saber si las advertencias se traducen en un deterioro mayor o en un intento de retomar el diálogo. De momento, las declaraciones dejaron claro que las diferencias entre ambas administraciones se encuentran en uno de sus puntos más sensibles, con efectos potenciales para la cooperación bilateral en seguridad, economía y diplomacia regional.