Nueva señal de optimismo en los mercados
El riesgo país de Bolivia descendió a niveles no vistos desde el 21 de julio de 2023, ubicándose por debajo de los 1 000 puntos y situándose en torno a los 955–930 puntos según análisis de mercado. Esta mejora se asocia fuertemente con la apertura de una nueva administración que promete reformas económicas y una relación renovada con instituciones multilaterales.
Analistas señalan que la llamada “luna de miel” del mercado financiero con el cambio político boliviano ha impulsado el optimismo. La expectativa de una gestión más orientada al mercado, de mayor transparencia y de respaldo externo por parte de organismos internacionales ha sido clave para que el diferencial de la deuda soberana (medido por el índice EMBI de J.P. Morgan Chase & Co.) disminuya.
Factores que explican la caída del spread
La caída del riesgo país boliviano obedece a varios factores:
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La asunción de un nuevo gobierno que representa un giro tras años de hegemonía política de largo plazo.
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El restablecimiento de relaciones con acreedores internacionales, así como la aproximación hacia organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o la Corporación Andina de Fomento (CAF).
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Un entorno de entrada de liquidez que mejora la percepción de que Bolivia podrá cumplir sus obligaciones de deuda, reduciendo el premio de riesgo exigido por los inversores.
Advertencias sobre los riesgos persistentes
No obstante, expertos advierten que la reducción del riesgo país refleja principalmente expectativas más que mejoras estructurales inmediatas. El país enfrenta desafíos sustanciales: déficits fiscales elevados, reservas internacionales reducidas, una economía en recesión y altos costos de subsidios. Por lo tanto, aunque la compresión del spread es positiva, todavía está pendiente materializar los avances en reformas económicas, fortalecimiento institucional y recuperación del crecimiento.
Existe riesgo de que si las reformas tardan o se encuentran con resistencia política, la mejora pueda estancarse o revertirse. Los inversores señalan que el efecto más fuerte proviene del cambio de percepción; el reto real será consolidar los fundamentos.
¿Qué contiene el horizonte inmediato?
En el corto plazo, la atención estará en el avance de negociaciones de financiamiento externo, la ejecución de medidas fiscales y el impacto macroeconómico de una estabilización gradual. Si bien el país aparece temporalmente con un perfil de menor riesgo, aún se sitúa entre los más vulnerables de la región. Según el análisis, Bolivia continúa siendo el segundo país con mayor riesgo de inversión en América del Sur, solo detrás de Venezuela.
En resumen, la caída del riesgo país boliviano marca un punto de inflexión relevante en la percepción del mercado. El reto ahora es convertir el optimismo financiero en resultados concretos para garantizar que la mejora no sea solo coyuntural, sino el inicio de una trayectoria de recuperación sostenida.

