Este miércoles, el presidente Luis Arce ordenó liberar la vía que conecta La Paz con Cochabamba, luego de más de diez días de bloqueos impulsados por sectores vinculados a Evo Morales. Según explicó, la decisión responde a una fuerte demanda ciudadana ante los efectos negativos que estas protestas ya están generando en la economía y la vida cotidiana del país.
Desde la Casa Grande del Pueblo en La Paz, Arce explicó que el operativo no solo se centrará en esta ruta, sino que también se extenderá de manera progresiva a otras vías troncales del país. «Es un mandato del pueblo boliviano», afirmó en su pronunciamiento.
Los bloqueos, impulsados por sectores que respaldan al expresidente Morales, comenzaron hace más de una semana en rechazo a la gestión económica de Arce y en demanda de la habilitación de Morales como candidato presidencial. Las protestas afectan seriamente el tránsito de mercancías y personas, lo que ha generado desabastecimiento y aumento de precios en diversas regiones.
El expresidente Evo Morales reaccionó de inmediato a la orden presidencial. En una declaración pública, advirtió que el intento de desbloquear las rutas puede provocar una «rebelión del pueblo». Morales, quien gobernó Bolivia entre 2006 y 2019, acusa a Arce de intentar excluirlo del proceso electoral programado para el 17 de agosto.
El líder del Movimiento al Socialismo (MAS) sostiene que su candidatura es legítima y que los bloqueos representan una forma de resistencia contra lo que califica como una «persecución política». Además, denunció que el Gobierno actual pretende manipular las instituciones para impedir su participación en las elecciones.
La confrontación entre Arce y Morales profundiza la crisis política dentro del partido oficialista y divide a sus bases sociales. Mientras tanto, sectores empresariales, gremiales y ciudadanos comunes piden el restablecimiento del orden y la libre circulación.
El Gobierno denunció que algunos puntos de bloqueo se han convertido en focos de violencia y vandalismo, con intentos de desestabilizar la administración actual. Arce acusó a los movilizados de querer «derrocar al Gobierno» mediante el caos.
A medida que se despliegan operativos policiales en las rutas, la tensión crece. El país se enfrenta ahora a un nuevo escenario de polarización, con el riesgo de que las medidas adoptadas por el Ejecutivo intensifiquen aún más el conflicto.