El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha modificado una decisión clave antes de su viaje diplomático a China. Aunque inicialmente firmó un decreto delegando las funciones presidenciales al ministro del Interior, Armando Benedetti, del 10 al 17 de mayo, este viernes rectificó la decisión y anunció que será el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, quien asumirá el cargo temporal.
El giro fue confirmado por el propio mandatario a través de redes sociales, donde respondió a una noticia de Blu Radio señalando: “Qué pena desmentirlos. Quien me reemplazará es la persona que lo ha hecho en la mayoría de las veces cuando salgo del país: Guillermo Alfonso Jaramillo”. Aunque evitó mencionar directamente el decreto, este ya había sido publicado un día antes en el Diario Oficial, lo que demuestra que efectivamente se había contemplado nombrar a Benedetti.
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Contexto político tenso en el gabinete
La decisión inicial sorprendió al establecer a Benedetti como presidente encargado, dada la controversia que lo rodea. El ministro del Interior está enfrentado con la canciller Laura Sarabia, quien recientemente lo denunció penalmente ante la Fiscalía, por temas que incluyen violencia contra la mujer y presunto enriquecimiento ilícito. La tensión se ha intensificado, y Benedetti ha mantenido silencio ante los medios, lo que ha aumentado la atención pública sobre su figura.
Sarabia, por su parte, ha perdido peso político en el gobierno desde el regreso de Benedetti al país tras su paso como embajador en Roma. Su papel, antes cercano al presidente, se ha visto desplazado en medio de disputas internas.
Jaramillo, el ministro de confianza
En contraste, Jaramillo representa una figura estable dentro del gabinete. Es uno de los funcionarios más cercanos al presidente Petro, con amplia experiencia legislativa y al frente de una de las reformas clave del gobierno: la transformación del sistema de salud. Aunque dicha reforma ha encontrado trabas en el Congreso, su perfil ideológico lo hace más afín al proyecto político del Ejecutivo.
Una semana clave para el Gobierno
El cambio de delegado presidencial ocurre en una semana políticamente decisiva. Durante la ausencia de Petro, el Senado discutirá la consulta popular que busca revivir la reforma laboral, una de las principales apuestas del mandatario. Además, se elegirá a un nuevo magistrado de la Corte Constitucional, de una terna propuesta por la Presidencia.
El encargado de funciones deberá manejar estas agendas con habilidad política, y todo indica que Petro prefiere a un aliado más ideológicamente cercano, como Jaramillo, para enfrentar estos retos en su ausencia.

