En un contexto de tensiones geopolíticas crecientes, China afianza su relación con Latinoamérica, presentándose como un socio confiable, mientras Donald Trump endurece su postura y amenaza con represalias económicas.
El ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, reafirmó en la ONU el compromiso de su país con la región, asegurando que “Latinoamérica no es el patio trasero de ningún país”, en referencia a la histórica influencia de Estados Unidos. En su reunión con la canciller de Bolivia, Celinda Sosa, destacó el interés chino en fortalecer la cooperación estratégica con el país sudamericano, que ya ha recibido inversiones chinas por más de 6,000 millones de dólares en sectores clave como minería, energía y transporte.
Mientras China expande su presencia en la región, Trump mantiene una postura beligerante. Ha advertido a los países del BRICS, incluidos Brasil y Bolivia, sobre las consecuencias de desafiar el dominio del dólar, e incluso amenazó con aranceles del 100% a quienes lo hagan. Además, presionó a Panamá para que redujera su relación con Pekín, logrando que el país abandonara la Iniciativa de la Franja y la Ruta.
Las advertencias del expresidente también alcanzan a México y Colombia, a quienes ha exigido medidas más drásticas para contener la migración. Ante la presión, México desplegó 10,000 miembros de la Guardia Nacional en la frontera, mientras que Colombia reconsideró su postura respecto a la deportación de migrantes.
Con dos visiones en pugna, Latinoamérica se encuentra en el centro de una disputa estratégica entre Estados Unidos y China, en la que cada país deberá decidir su camino en la arena global.