Latinoamérica, en el centro de la competencia geopolítica por el control del litio

El litio, considerado el “oro blanco”, es crucial en la actual transición energética global. Su importancia en la industria de autos eléctricos y dispositivos electrónicos lo convierte en un elemento codiciado para gobiernos y compañías. Por sus grandes reservas de litio, América Latina “está en el centro” de la competencia entre China y las potencias occidentales por el control del llamado “oro blanco”, pieza clave en la transición energética global, afirmaron este martes expertos en el tema.

Argentina, Bolivia y Chile conforman el Triángulo del Litio, que alberga casi el 60 % de los recursos mundiales de litio (unas 52 millones de toneladas métricas), lo cual pone a estas naciones suramericanas en la mira de naciones que buscan desprenderse de la dependencia china como suministrador de materia prima crítica, sobre todo en las próximas décadas.

“Como facilitador clave de la transición energética, el litio ha ocupado un lugar destacado en la competencia geopolítica entre los países occidentales y China (…) América Latina está en el centro de esa competencia, en la que China ya está muy por delante en la región en comparación con Occidente”, dijo la experta independiente en energía, Patricia Vásquez.

Durante un panel auspiciado por el Wilson Center, un think tank con sede Washington, Vásquez indicó que la presencia de China en la región está creciendo en el sector del litio, donde Beijing mantiene considerables proyectos de inversión.

Las baterías de ion-litio (denominadas también Li-Ion o LIBs, por sus siglas en inglés) permiten almacenar energía renovable, ya sea en formato pequeño para dispositivos electrónicos portátiles como laptops y teléfonos móviles, o en mayor tamaño, como las utilizadas en vehículos eléctricos (EV).

Vásquez recordó que en Argentina hay “seis proyectos de litio en construcción que se espera que comiencen a producir en los próximos dos años”, de los que cuatro tienen participación china. Una situación similar se aprecia en Bolivia, donde cuatro de seis licitaciones recientes para desarrollar tecnologías de extracción respetuosas con el medio ambiente fueron ganadas por empresas chinas.

En Chile el fabricante de automóviles BYD se aseguró litio a precios preferenciales a cambio de fabricar lámparas de cátodos, advirtió la investigadora asociada del Wilson Center y moderadora del panel.

Otros países latinoamericanos con gran potencial en la industria del litio son Brasil, Perú y México, este último con grandes probabilidades de convertirse en un productor importante en la región en un futuro cercano, vaticinaron los especialistas.

Cortar la dependencia de China

De acuerdo al analista Henry Sanderson, los futuros escenarios en los que se podría desarrollar la competencia entre China y Occidente en América latina es “muy difícil de predecir”.

“Lo que podemos ver que ya está sucediendo es un aumento de la tensión, y esto forma parte de, se podría decir, el deterioro de las relaciones entre EEUU y China”, explicó Sanderson, del Benchmark Mineral Intelligence, una agencia de informes de precios y autoridad en la información sobre baterías de iones y litio para vehículos eléctricos.

Según Sanderson, se está viendo “mucha presión” por parte de políticos de EEUU y Europa para “crear cadenas de suministros que dependan menos de China”.

En el caso de EEUU, “ya se están dando pasos” afirmó el especialista en referencia a la Ley de Reducción de la Inflación, sancionada por Biden en agosto de 2022, para fortalecer la industria tecnológica y dotar de autonomía al país con la promoción de la fabricación local de microprocesadores, frente al gigante asiático. La legislación lleva incluida una inversión de unos 369.000 millones de dólares. Aunque ya está la voluntad política, “esto no es algo que pueda suceder de la noche a la mañana”, insistió Sanderson. “Estamos hablando de la construcción de industrias completamente nuevas, que requiere mucha inversión, mucha experiencia. Así que no puede suceder rápidamente”.

“A Occidente le gustaría que más empresas occidentales invirtieran en Argentina y Chile, pero no pueden obligar a las empresas a invertir. También hemos visto que las grandes empresas mineras occidentales no se han movido hacia el litio”, matizó.

Sanderson vaticinó que en el futuro quizás lo que se vea es un incremento de empresas conjuntas entre Occidente y China, aunque reiteró que aunque exista la voluntad gubernamental, las administraciones no pueden forzar a las compañías que “simplemente no han visto el interés o no tienen el apetito para entrar” al mercado de producción de litio en América Latina. Eso sí, “necesitamos todo el litio que podamos conseguir”, subrayó el analista en referencia a la importancia del elemento para la transición energética y la fabricación de dispositivos electrónicos.

El mundo no se está quedando sin litio

Según estudios recientes, la producción mundial de litio tendrá que multiplicarse casi cuatro veces para 2030 si se desea cumplir con la demanda mundial proyectada de baterías ion-litio. Sin embargo, “el mundo no se está quedando sin litio, de hecho, hay reservas suficientes para satisfacer absolutamente toda la demanda esperada”, precisaron los investigadores John Graham y John Rupp en un informe sobre la situación del elemento en Latinoamérica presentado este martes por el Wilson Center.

“Nuestras investigaciones sugieren que el futuro de la explotación de litio en Sudamérica es incierto, incluso aunque existan las políticas necesarias para impulsarlo”, aseguraron los profesores de la Universidad de Indiana, en Estados Unidos.

Para los expertos, sólo se logrará una “expansión significativa de la producción de litio si se incrementan los esfuerzos por entender y minimizar los riesgos económicos y ecológicos de la actividad minera”.

“Se necesitan políticas bien diseñadas que aseguren que las comunidades vecinas reciban beneficios tangibles y duraderos de la explotación del litio”, destacaron.